UNA
ACLARACION URGENTE DEL VOCABLO “CRITICAR”
Por largo tiempo he visto el gran aprieto que los
cristianos hispano hablantes tenemos con la concepción y expresión “critica, o
criticar”. Se oyen variadas resoluciones al respecto, la mayoría, tratan de
censurar o híper-aclarar dicho término cuando lo usan en distintos contextos,
sean orales, o escritos.
Es nuestra opinión que mucho de los cuidados que se
deben tener dándole un uso apropiado, con la intensión de no herir
sensibilidades, aun cuando es plausible mantener mesura y equilibrio en
momentos específicos aclaratorios, y contextuales referidos a lo que deseamos
comunicar, no por ello, debemos de debilitar la fuerza e intensión original del
uso del vocablo en el sentido griego que los autores del NT aplican.
Muchos autores del NT usaron una gama muy variada
de este término y con el valor agregado que la riqueza del idioma griego koiné
suma.
Al observar el espectro de usos esgrimidos nos
ayudan en gran manera a aclararnos, dónde y cuándo y cómo pueden emplearse
fielmente en el caminar cristiano, sin caer, el lo que conocemos como la
criticadera, sin cimiento, y convertirse en un criticón que sólo critica por
criticar, por el placer de hacerlo.
La RAE enuncia que criticar es: ___criticar. (De
crítica). Juzgar de las cosas, fundándose en los principios de la ciencia o en
las reglas del arte. || 2. Censurar, notar, vituperar las acciones o conducta
de alguien. Y el rango idiomático se amplía con: criticastro. (De crítico).
Modo despectivo: Crítico que sin apoyo ni fundamento ni doctrina censura y
satiriza las obras de ingenio. Asimismo, criticón, na. (De crítico). adj.
popular: Que todo lo censura y moteja, sin perdonar ni aun las más ligeras
faltas.
Con lo anterior tenemos claras las fronteras
semánticas de nuestro castellano, no obstante, cuando confrontamos los matices
de sentido idiomático, castellano con los del griego koiné del NT, florecen
cambios y abismos enormes en los sentidos y la idea que los autores inspirados
por el Espíritu Santo concebían y anhelaban significar a la iglesia del
Señor.
Iniciamos con las variadas palabras que constan en
griego para comunicar estas ideas.
Las palabras griegas manejadas en el NT
son:























De tal modo que tomemos en cuanta los datos lingüísticos de la palabra.
La palabra κρίνω significa
«separar», luego «seleccionar», «decidir», «juzgar», «evaluar», «ir a juicio»,
«buscar justicia», también «explicar», luego «creer», «resolver». La LXX
usa κρίνω principalmente
para términos legales, si bien también puede denotar liberación de los
oprimidos (Sal. 72:2). El sentido del NT es habitualmente «juzgar», con Dios o
el hombre como sujeto, y ya sea en sentido oficial o personal. También
encontramos «determinar» en Hechos 16:4, «valorar» Romanos 14:5, «considerar
como» en Hechos 13:46, «pensar» en Hechos 15:19, y «gobernar» en Mateo 19:28
(sentido bíblico). Teológicamente, el uso más importante es para el juicio
divino (p. ej. Rom. 2:16).
Estudiemos el concepto de juicio en el NT.
1. El Bautista. Juan
el Bautista proclama la inminencia directa del juicio divino, y por lo tanto la
urgente necesidad de arrepentirse y ser bautizado, con miras al perdón divino y
a la enmienda de vida (Mt. 3:7ss).
2. La
predicación de Jesús en los Sinópticos. Jesús emite un llamado
similar al arrepentimiento, debido a la gravedad del pecado y al juicio de Dios
sobre él (cf. Mt. 5:22ss; 7:21ss; 10:28, 33; 13:47ss; 24:50–51; 11:20ss;
23:13ss). Los méritos no sirven (Lc. 17:7ss). La norma es la ley, la ley del
amor. El juicio puede ser ejecutado por Dios (Mt. 10:32–33) o por el propio
Jesús (Mt. 7:22–23), y recae tanto sobre judíos como sobre gentiles (Mt.
25:32), ya que todos son responsables ante Dios. La base para la liberación es
el perdón. Se trata de un don de gracia, prometido por Jesús (Mr. 2:9; Lc.
7:36ss), de modo que sus discípulos pueden anhelar el último día, y orar por la
venida del reino (Mt. 6:10). El perdón se disfruta solo en la comunión personal
con Jesús. Hay que pedirlo en oración (Mt. 6:12), e implica la disposición a
perdonar a los demás (Mt. 6:14). No quiere decir que el perdón divino se
condicione a nuestro perdón humano; quiere decir que la ausencia del perdón
humano es absurda y sin sentido allí donde se conoce el perdón divino. El hecho
de que el predicador sea el juez (cf. Mr. 14:62) da una urgencia singular al
mensaje de Jesús. Significa que el mensaje mismo entraña una decisión eterna.
Si se lo rechaza, no deja ningún otro fundamento para la esperanza en el juicio
final. Si se lo acepta, trae la verdadera liberación del juicio. Los oponentes
de Jesús no pueden entender esta seguridad de liberación (Mr. 2:7), y por
consiguiente condenan a Jesús a la muerte por medio de la cual se realiza esa
liberación. El concepto que Jesús tiene del juicio es crucial. Si es
incorrecto, su ministerio no tiene pertinencia alguna para nuestra relación con
Dios. Si es correcto, nuestra situación es sin esperanza e intolerable aparte
de su palabra de perdón.
3. Pablo. Pablo
proclama el día venidero del justo juicio de Dios (Ro. 2:1ss). Todos deben
comparecer ante el tribunal de Dios (2 Co. 5:10). La ira de Dios sobre las
obras malvadas ya es manifiesta (Ro. 1:18ss), pero su bondad da cabida al
arrepentimiento (Ro. 2:4). El dictamen final sigue quedando para el futuro, y
esto hace que la cuestión de la justificación sea la cuestión crucial en la
vida humana. La respuesta radica en la gracia justificante de Dios manifestada
en Cristo (Ro. 5:9–10). Sobre esta base los pecadores pueden tener la seguridad
de la salvación en el juicio (Ro. 8:31ss; 1 Co. 3:15).
4. Juan. También
Juan espera un juicio final en que los muertos sean resucitados (Jn. 5:28–29; 1
Jn. 4:17). El juicio se pone en manos del Hijo (Jn. 5:22). Jesús ha venido a
salvar, no a juzgar (Jn. 3:17), pero aún así su palabra va a juzgar en el
último día (12:48). En efecto, el juicio tiene lugar ya sobre los que no creen
(3:18–19). De modo parecido, los creyentes no vendrán a juicio (5:24). No
necesitan temer el último día (1 Jn. 4:17). Este mundo y su jefe también están
ya juzgados (Jn. 12:31; 16:11) con la entrega propia del Hijo (12:27ss). En la
seguridad de la fe, lo eterno es presente en el tiempo.
5. El
Apocalipsis. El Apocalipsis presenta un cuadro aterrador del juicio (20:11ss) y
emite serias advertencias a las iglesias (2)3). Cristo mismo tiene un papel
crucial en el juicio que establece el gobierno de Dios y da inicio al nuevo
cielo y la nueva tierra.
6. Pedro y
Hebreos. 1 Pedro insta a temer a Dios como Juez (2:17) y advierte que el
juicio debe comenzar en la casa de Dios (4:17). Hebreos tiene un alegato contra
el tomar el juicio demasiado a la ligera (10:26ss) y una exhortación a servir a
Dios con reverencia y temor, porque él es un fuego consumidor (12:28–29).
7. El juicio
humano. A la luz del juicio de Dios, no debemos juzgarnos unos a otros
(Mt. 7:1–2; Stg. 4:11; Rom. 14:4, 10; 1 Cor. 4:5). Esto no significa una blanda
indiferencia ante el mal moral, sino un reconocimiento de la solidaridad en la
culpa. Así, la disciplina eclesiástica no debe ser ruda ni condenatoria; debe
recurrir a los métodos de la edificación y la cura pastoral. La propia seriedad
del juicio divino preserva a la iglesia de un talante enjuiciador y legalista.
8. Conclusión. En el
NT el juicio no tiene los aspectos caprichosos y emotivos que caracterizan a
los juicios divinos en los mitos. Todos los actos humanos son un sembrar (Gál.
6:7–8). El juicio de Dios es una retribución (Rom. 1:27). Existe una relación
orgánica entre el acto y la consecuencia. Dios juzga con ira santa, no con mera
pasión. En calidad de Creador, ha establecido un orden moral del ser. Sus
exigencias corresponden a la estructura misma de la vida humana y por tanto
deciden su destino. La obediencia o desobediencia a ellas significará
integración con el orden creado o fricción con él. Si la obediencia trae vida,
la desobediencia implica restricción de la vida y finalmente la muerte (Rom.
6:23). Este juicio comienza en esta vida y se consuma en la próxima (Rom. 1:18ss
y 2:3ss). La restricción no es simplemente externa; es primordialmente interna,
y conduce a la vaciedad que Jesús retrata en Lucas 16:19ss; 18:10ss; 12:16ss, y
al empobrecimiento que describe Pablo en Romanos 1:21ss. Es Dios quien ha
establecido la relación entre el orden del ser y sus exigencias, y por lo tanto
es Dios quien puede juzgar con justicia. Las imágenes asociadas con el juicio
pueden ser tradicionales, pero el juicio en sí deja desnuda nuestra esencia
oculta (Rom. 2:16), exponiendo la hipocresía del actuar sólo para ser vistos,
por la esperanza de una recompensa, o por miedo (cf. Mt. 6:1ss; 1 Cor. 4:5–6),
y llamándonos a un verdadero amor a Dios sobre la base del amor que Dios nos
tiene y en el poder de ese amor. La misma proclamación del amor de Dios
presupone que sin la obra salvadora de Dios nos dirigimos sin esperanza hacia
el juicio. Extirpar o restringir la idea del juicio divino es entonces destruir
el evangelio.
κρίσις. Esta
palabra, que denota un acto, tiene sentidos tales como a. «distanciamiento»,
«conflicto», b. «selección», c. «decisión», «juicio», «veredicto», incluso
«acusación» y d. «decisión» en una batalla o en una enfermedad.
1. En el NT
significa primeramente «decisión o fallo judicial», «juicio».
2. En Juan es
el «juicio» universal de Cristo, futuro (Jn. 5:28–29) pero ya presente
(3:18ss). El sentido de «decisión» va incluido, pero esto no reemplaza del todo
el de «juicio».
3. La LXX
usa κρίσις para
el «derecho» de los oprimidos (Sal. 101:1), y esto explica el uso en Mateo
23:23; Lucas 11:42, donde el reproche no es que los fariseos dejen de lado el
juicio, sino que son indiferentes a los derechos de los pobres (cf. Mt. 12:18ss
que cita Is. 42:1ss, y Hch. 8:32–33 que cita Is. 53:7–8).
κρίμα. Esta palabra
significa la «decisión» de un juez a. como acción (Jn. 9:39; Hch. 24:25, etc.)
y b. como sentencia, habitualmente de condena (tanto humana como divina). En 1
Corintios 6:7 la referencia es a una acción o proceso legal. En Apocalipsis
18:20, con base en la LXX, está presente la idea de un reclamo legal (cf. Zac.
7:9; Jer. 21:12).
κριτής. En el NT
el κριτής es por
lo general un juez, ya sea oficial (Mt. 5:25 etc.) o no (Stg. 2:4). Los jueces
del AT son κριταί en
Hechos 13:20. Dios es κριτής en 2
Timoteo 4:8; Hebreos 12:23; Santiago 4:12, y lo es Cristo en Hechos 10:42.
κριτήριον. Esta
palabra denota los medios de juzgar, el lugar de juicio o el juicio mismo. El
sentido en 1 Corintios 6:2, 4 es «proceso legal».
κριτικός. Esta
palabra hace referencia a la manera, la capacidad, el derecho o la acción de un
juez. En Hebreos 4:12 describe la palabra de Dios diciendo que es capaz de
juzgar los pensamientos e intenciones interiores.
ἀνακρίνω, ἀνάκρισις. ἀνακρίνω significa «investigar», y se refiere principalmente a la
interrogación judicial (Lc. 23:14; Hch. 4:9; 12:19, etc.). Pablo lo usa
irónicamente en 1 Corintios 4:3. En 1 Corintios 14:24 significa «analizar». Se
puede usar para el escudriñar las Escrituras en Hechos 17:11 y para el
discernimiento espiritual en 1 Corintios 2:14–15. Los espirituales juzgan todas
las cosas y no son juzgados por nadie, no por superioridad, sino porque están
sujetos al Señor y por lo tanto son siervos de los demás. Respetan la
conciencia de los demás (Rom. 14) pero los corrigen cuando viven según la carne
(2 Co. 12:19ss). Las comunidades están unidas sólo por medio de Cristo; son por
lo tanto organismos pneumáticos con una unidad de amor y no de compulsión.
ἀποκρίνω, ἀνταποκρίνομαι. ἀποκρίνω tiene sentidos tales como «separar», «ocultar», «dedicar» y
«condenar», mientras que ἀποκρίνομαι significa
«separarse», «desquitarse» y «responder». El NT usa ἀποκρίνομαι solamente para «responder» (a una pregunta, una solicitud, etc.),
habitualmente con λέγειν, etc. Con
frecuencia no hay una respuesta a algo que se acaba de decir, de modo que el
sentido es «empezar a hablar» (un modismo de la LXX basado en el hebreo). ἀνταποκρίνομαι es una forma más fuerte
en Lucas 14:6; Romanos 9:20; comporta la implicación de que las objeciones que
se plantean son infundadas.
ἀπόκριμα. Esta
palabra poco común denota una resolución oficial que dirime un asunto. Este es
el punto en 2 Corintios 1:9. Desde una óptica humana Pablo es como una persona
que ha recibido una sentencia condenatoria. No menciona al que emitió la
sentencia; está condenado a la muerte, no por ella.
ἀπόκρισις. Esta
palabra común significa a. «separación», «ocultamiento», y b. «respuesta». El
NT sólo la usa en el sentido b. (Lc. 2:47; 20:26; Jn. 1:22; 19:9).
διακρίνω
1. Esta
palabra, una forma más fuerte de κρίνω, tiene muchos sentidos. En el NT significa «distinguir entre personas»
(Hch. 15:9), luego «juzgar» (1 Co. 6:5; Mt. 16:3). En voz media, διακρίνομαι significa «contender»
(Jud. 9) y «dudar» (Mr. 11:23; Mt. 21:21; Stg. 1:6; Rom. 4:20).
2. La duda del
NT se expresa en la oración y en la acción, no en el pensamiento. De lo que se
duda es la palabra de Dios. La duda no es un escepticismo filosófico ni la
incertidumbre de motivaciones en conflicto. En Marcos 11:23 es una extrema
falta de fe en que Dios de veras pueda hacer lo que se le pide. Implica el
flaquear o ser inconstante (Stg. 1:6). Abraham es un ejemplo de verdadera fe;
acepta la promesa de Dios sin desconfianza ni titubeo (Rom. 4:20). El elemento
de división interna es evidente en Romanos 14:23, donde el que duda no tiene
certeza de fe de que lo que se hace sea correcto (cf. Hch. 10:20). En Santiago
2:4 el punto es la incoherencia. El despreciar a los pobres riñe con la fe que se
profesa al asistir a la asamblea.
3. Esta clase
de duda no aparece en el AT, donde el rechazo de la palabra de Dios es una
actitud deliberada más que una falta de certeza o de coherencia. Job es un
luchador más que un escéptico. El judaísmo posterior censura la pusilanimidad
en la oración (cf. Mr. 11:23), pero la duda en el sentido neotestamentario sólo
viene con la plena incondicionalidad de la gracia en Cristo, que intensifica la
exigencia de un pleno compromiso de fe.
4. El griego
usa normalmente διστάζω para
«dudar» (cf. en el NT Mt. 14:31; 28:17). El NT usa διαλογισμός en el mismo sentido. διακρίνεσθαι para «dudar» es raro incluso en los escritos cristianos
posteriores, que prefieren διστάζω. Los
originales semíticos expresan la idea de «opinión dividida o divergente».
διάκρισις. Esta
palabra tiene significados tan variados como «separación», «distinción»,
«contienda», «valoración» y «exposición». En el NT generalmente significa
«discernimiento» o «diferenciación» (entre espíritus en 1 Co. 12:10; entre el
bien y el mal en Heb. 5:14). En Romanos 14:1 el punto es poco claro. El
significado podría ser «no para disputas», pero otra posibilidad es «no para
evaluación».
ἀδιάκριτος. Esta
palabra también tiene muchos sentidos, p. ej. «indistinguible», «impreciso»,
«oscuro», «imparcial», «sin distinción». En el único caso en la LXX (Pr. 25:1)
tal vez significa «incierto». En Santiago 3:17, único caso en el NT, significa
«sin dudas ni hipocresía». En los Padres apostólicos la encontramos en Ignacio
para «inconmovible» (Efesios 3.2; Tralianos 1.1,
etc.).
ἐγκρίνω. Esta
palabra, que en el NT sólo se halla en 2 Corintios 10:12, significa «contar
entre», «clasificar con».
κατακρίνω, κατάκριμα, κατάκρισις. κατακρίνω significa
«condenar». En el juicio humano es el veredicto en cuanto se distingue de su
ejecución, pero en el juicio divino convergen los dos (cf. Mr. 16:16; 1 Cor.
11:32; 2 P. 2:6). En Romanos 8:3 parecen tenerse presentes tanto la sentencia
como la ejecución; Pablo tiene en mente la totalidad de lo que Dios ha hecho y
hace por medio de Cristo, e. d. el movimiento completo desde la encarnación
hasta la impartición del Espíritu (v. 4). La condenación es universalmente
válida, pero es eficaz sólo para aquellos que están en Cristo (cf. 2 Cor.
5:17). Es la eliminación de la enemistad entre Dios y nosotros (Rom. 8:7). La
ley nos condena y nosotros perecemos, pero en Cristo, Dios condena al pecado y
nosotros quedamos libres.
También κατάκριμα se
refiere en el NT a la «condenación» divina total (Rom. 5:16, 18; 8:1). En
Romanos 8:1 abarca también los resultados (cf. v. 2).
κατάκρισις,
«condenación», es usada en el NT solamente por Pablo en 2 Corintios 3:9; 7:3.
En razón del pecado, la antigua alianza es de condenación, y sólo puede acarrear
muerte (3:6ss). Pablo no habla en condenación sino en amor auto sacrificial
(7:2ss).
ἀκατάκριτος, αὐτοκατάκριτος. La primera de estas palabras
figura en el NT sólo en un contexto legal en Hechos 16:37, donde Pablo protesta
que él y Silas han sido tratados mal, mientras están «sin ser condenados». El
segundo término, que significa «auto condenado», figura en Tito 3:11 para la
persona que es impenitente incluso después de una doble amonestación.
πρόκριμα. En el NT
esta palabra figura solamente en 1 Timoteo 5:21. Tiene aquí, no el sentido
legal más estricto de un «precedente», sino el sentido moral más general de
«prejuicio».
συγκρίνω. Esta
palabra tiene los sentidos variados de «unir», «comparar», «medir», «evaluar» e
«interpretar». En 2 Corintios 10:12 significa «comparar». Pablo no tolerará que
se le compare con los arrogantes pseudoapóstoles; que ellos se comparen a sí
mismos entre sí. El sentido en 1 Corintios 2:13 es difícil de fijar. «Unir» es
demasiado débil; «comparar» introduce una idea ajena; «evaluar» difícilmente
encaja en el contexto, y por lo tanto lo mejor parece ser que se traduzca
«interpretar» o «explicar»: interpretar las verdades reveladas por el Espíritu.
Conclusión
Con toda sinceridad creemos que al analizar con mayor detalle este
pequeño resumen nos ayudará a ubicar el sentido y vocablo “criticar” para
mirarlo en dos sentidos generales más documentados y sobrios:
1. Para no abusar del vocablo y caer en desplantes desmedidos e
infamatorios, que sin duda, en su mayoría se nutren de desinformación, y
prejuicio.
2. Para no debilitar el sentido original, que sí le daban los autores
del NT quienes siendo inspirados por el Espíritu Santo lo comunicaron
correctamente.
Que Dios nos auxilie con su misericordia para que
no califiquemos a lo "bueno malo y a lo malo bueno". Sino que con
recto entendimiento, podamos examinar nuestro contexto evangélico cristiano en
Latinoamérica con sabiduría y sobriedad, junto con amor y firmeza celosa en
defensa de la sana doctrina.
Término con las palabras del profeta Isaías:
Isa 5:20
Contra los que engañan
»¡Qué mal les va a ir a ustedes!
Dicen que lo malo es bueno.
y que las tinieblas son luz.
También dicen que lo amargo es dulce.
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