Vistas de página en total

viernes, 5 de febrero de 2016



¿QUÉ SIGNIFICA SER EJEMPLO
SEGÚN LAS ESCRITURAS?


En los pocos años de conocer a Cristo Jesús, y su palabra, siempre me han impresionado varios, y por cierto, muchos versículos de difícil interpretación. En numerosas ocasiones he idealizado a muchos de mis mentores, consiervos en la fe, que me superan en edad, experiencia, luz de la persona de Dios, y en conocimiento amplio de las Escrituras. Creando en mi imaginario personal expectativas más allá de mi propia justicia personal. Realmente los puse en pedestales, sin saberlo.  

Revisando la biblia miré la inmensa bondad de Dios, al expresar una frase como ésta en Hebreos 11. 38 “¡el mundo no era digno de ellos!; justo donde aparece una lista de los mencionados, héroes de la fe, que en cuyo caso el autor del texto no ocultó ninguno de sus pecados. 

Podríamos, mencionar a David, y su adulterio con Betsabè; un Sansón, un Jeftè (quien asesinó a su propia hija en holocausto) una Rahab, un Moisés con faltas gravísimas cometidas.
¿Son ejemplo para el cristianismo de hoy, éstas personas, los cuales vivieron y cometieron grandes faltas personales? Pues sí, no sólo son ejemplo, sino que Heb. 11.38. Dice: “la humanidad no era digna de ellos”

La palabra de Dios nos invita a “considerar” el estilo de vida de los que sirven al pueblo de Dios. Me refiero a Heb. 13.7, que dice:

“Acuérdense de quienes los han dirigido y les han anunciado el mensaje de Dios;
mediten en cómo han terminado sus vidas, y sigan el ejemplo de su fe” DHH
Se nos invita a considerar como terminaron sus vidas, es decir, cual fue el final de la carrera, y no cual habrá sido el desarrollo, como tal. La palabra “mediten”, usada en la DHH nos coloca en una posición muy interesante.

Tuve la oportunidad de compartir por varios años con un siervo de Dios que pastoreo por 72 años. Cumplidos esos años, habiendo celebrado una gran fiesta promovida por la iglesia, en aquel momento, y a  la luz de una chimenea, en la tranquilidad de su casa, le pregunté: ¿hermano, cuál ha sido la clave de su éxito en el ministerio? Recuerdo su respuesta, nunca la olvidaré; “ríndete a Cristo, todos los días, y nunca te resistas a su Espíritu?  Tales palabras me impactaron. Sin duda, tuve suficiente tiempo para poder mirar los defectos evidentes y errores, y faltas de este hermano que menciono, pero cuando pude estar cerca de este hombre de Dios, en el epílogo de su servicio al Señor en la tierra, antes de partir con el Propietario Eterno, observe; no como comenzó, ni como se desarrollo, sino como terminó la carrera.  Cuantos errores y pecados habrá cometido; posiblemente muchos, en 72 años, pero al final, llegó a la meta con gran dignidad y honor. Pensé en Heb. 13.7, consideré la trayectoria de este pastor amigo, y a la luz de la palabra note el gran valor de su vida. A pesar de sus desaciertos y traspiés, nunca dejó de ser un ejemplo a seguir.

El hagiógrafo de la Epístola a los Hebreos en el idioma fuente del NT, usa dos palabras muy interesantes que merecen analizarse.

La primera es ἀναθεωροῦντες (anazeoruntes) que implica una consideración lineal o continua (considerando), es decir, observar, mirar cuidadosamente, con la implicación de gran concentración mental (Hch 17:23), … reflexionar sobre, pensar en. Donde la partícula (ana) es intensiva con el sentido de contemplar con interés. (Note en el texto griego que la frase: “cual haya sido”, es una inserción de los traductores para darle más claridad a la elipsis y darle sentido en el idioma receptor) Esta figura de dicción llamada elipsis era usada en la redacción del griego koiné con el propósito de poner atención y énfasis en lo posterior, en este caso, “el resultado” o “resumen de sus vidas”, de aquellos que sirvieron al Señor.

Es allí, donde entra la atención a la segunda palabra que miramos, “resultado”, ἔκβασις (ekbasis). En la forma más primitiva esta palabra se usaba para calificar el resultado del producto final en la manufactura artesana. Y aplicado al texto se mira como el fin, resultado o efecto de vida de los que sirven al Señor. 

Y la tercera palabra a discurrir es “conducta”, ἀναστροφῆς (anastrofìs) literalmente, “camino de vida”, por esto algunos traducen “conducta” Pero ese camino de vida de seguro estará compuesto de tantas cosas, desde las más bellas y dignas; hasta quizás, otras no tan hermosas y loables.

Pienso en el pasaje de Juan el apóstol 1ª Juan 2.1, “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno peca, Paracleto tenemos ante el Padre: a Jesucristo el Justo…” BTX

En realidad la expresión “para que no pequéis”, sintácticamente es expresada por un verbo Aoristo, con modo subjuntivo, y podría traducirse como: “para que no lleguen a pecar como si fuera un estilo de vida” No es la falta en sí misma, la que pone énfasis el autor, sino que tales faltas no se conviertan en conducta concomitante inclinada al pecado. Contemplemos a aquellos que nos preceden e inspiran por su estilo de vida, y fe, y no por la suma de sus errores o pecados, cometidos en el transcurso de los años.
Pienso en los hijos adultos, que en el curso de su formación, vieron innumerables pecados de sus padres, y no por ello, perderles el respeto o admiración. Pues, posiblemente, estos hijos, hoy adultos, que miran la espalda de los pecados de sus padres, tendrán también que ser observados por sus propios hijos a la luz de sus espaldas llenas de errores.

Me uno a Pablo Apóstol, (1ª Cor. 4.5) “Así que no juzguen a nadie antes de tiempo, es decir, antes de que el Señor vuelva. Pues él sacará a la luz nuestros secretos más oscuros y revelará nuestras intenciones más íntimas. Entonces Dios le dará a cada uno el reconocimiento que le corresponda. NTV.