¡UN
CAOS EXEGÉTICO ESTÁ INVADIENDO LA IGLESIA!
CRECE
CONFUSIÓN SOBRE CRITERIOS DE INTERPRETACIÓN BÍBLICA
La iglesia vive por la
palabra que la alimenta y que ella proclama. Nunca puede ser más saludable de
lo que está su interpretación bíblica. Eso requiere en todos y todas un
discernimiento crítico y un saludable "sospechómetro" ante toda
enseñanza. En eso, nuestra consigna y nuestro imperativo es el mandamiento
bíblico de "examinarlo todo" (1Tes 5:21), "para ver si estas cosas
son así" (Hch 17:11).
Siempre ha habido
interpretaciones especulativas, especialmente en la exégesis del Apocalipsis.
Pero en años recientes la interpretación tendenciosa se ha extendido como un
cáncer a casi toda la temática bíblica. Las especulaciones más estrafalarias se
transmiten, con la autoridad de la radio, la televisión y las redes sociales, a
muchos millones de personas. Algunas revistas protestantes publican sin crítica
artículos que tergiversan las escrituras. Prestigiosas casas editoras, antes
más cuidadosas de la seriedad de sus publicaciones, publican libros que son más
propaganda que exégesis. Y aun los evangélicos cultos parecen estar un poco
anestesiados para quedar insensibles a las evidencias de exégesis dudosa.
La exégesis es la
ciencia histórica que busca la interpretación más probable de un texto. Los
métodos básicos fueron desarrollados por los humanistas del siglo quince y
adoptados y aplicados por los reformadores protestantes. La exégesis requiere
una empatía grande con el contexto original del texto mismo con su propia agenda,
semántica etc. Cumplida esa tarea exegética, sigue la tarea de
"releer" ese mensaje antiguo para el nuevo contexto nuestro hoy. Esas
relecturas deben ser fieles al previo trabajo exegético pero no deben repetirlo
mecánicamente, a espaldas del nuevo contexto histórico.
A continuación propongo
resumir algunos problemas exegéticos que ilustran estos principios en algunos
de los muchos campos de interpretación:
(1) El creacionismo: a
primera vista parece que este movimiento está defendiendo la verdad bíblica de
la creación, pero de hecho defiende una interpretación específica de Génesis 1:
la literal, a espaldas del contexto pre-científico de todas
las
referencias bíblicas al tema. Tratar a Génesis 1 como una refutación anticipada
a Darwin es un anacronismo anti-exegético. Si los creacionistas se preocuparan
por la exégesis del texto bíblico, en su contexto original, harían una
relectura muy distinta de su significado para hoy.
(2) Apocalipsis: el
Apocalipsis ha sido el manicomio exegético de la interpretación bíblica.
"Todo ojo lo verá" (Ap 1:7) se interpreta como una profecía de la
televisión; ¡los camarógrafos estarán esperando para convertir la venida de
Cristo en noticia mundial instantánea! El "666" por su parte será un
tatuaje enviado desde una computadora por medio de una máquina laser. Todo eso
y más, aunque el texto no da el más mínimo indicio de tales aparatos modernos,
y ni Juan ni sus lectores conocían la energía eléctrica.
Me contaron que una vez
un predicador demostró matemáticamente que las letras de "Adolfo
Hitler" sumaban 666 y que entonces el Führer alemán era el Anticristo. Un
amigo nuestro, presente en el público, calculó rápidamente que por los mismos
métodos el nombre del predicador daba también 666.
(3) Exégesis
ideológicamente tendenciosa: Por más de un siglo los dispensacionalistas han
interpretado "Gog y Magog" (Apoc 20:8) como una referencia a Rusia.
Sin razones exegéticas convincentes, y a pesar de fuertes evidencias en contra,
eruditos ingleses los interpretaban en términos del conflicto entre el imperio
británico y el imperio zarista de Rusia. Era inevitable que durante la guerra
fría del siglo XX la misma interpretación falsa de Gog y Magog alimentara el
anti-comunismo en los EUA y en amplios sectores conservadores de América
Latina.
(4) Doctrinas
novedosas: Muchos predicadores hoy pretenden haber descubierto verdades nuevas,
como la teología de la prosperidad, los neo-apóstoles, las maldiciones
generacionales y mucho más. Proclaman sus doctrinas con textos de prueba, sin
análisis exegético y sin tomar en cuenta las evidencias en contra. Insisten en
que Efesios 4:11 señala cinco ministerios cuando el texto griego (reflejado en
la puntuación en las versiones castellanas) prueba claramente que "pastor-maestro"
es un solo ministerio. Inventan unas distinciones entre dos palabras griegas
("logos" y "rhema") que en el griego son sinónimos
intercambiables, para fundamentar unas doctrinas realmente aberrantes.
En general, estos
predicadores y sus seguidores menosprecian, o hasta rechazan, el análisis
racional del significado original del texto. Un texto favorito es "no se
preocupen por lo que han de decir o cómo han de decirlo, porque cuando les
llegue el momento de hablar, Dios les dará las palabras" por el Espíritu
(Mateo 10:16-20).
El argumento no toma en
cuenta que todo el pasaje tiene que ver con la crisis de ser arrestado, no con
la interpretación bíblica ni la preparación de sermones. La irracionalidad no
es lo mismo que la espiritualidad.
La iglesia necesita una
mejor orientación hermenéutica. Un profesor de un seminario suramericano me
dijo, "Yo no interpreto, yo solo leo", sin darse cuenta de que leer
es interpretar.
(5) Homosexualidad:
Este tema excita fuertes pasiones, en pro y en contra, que dificulta
tremendamente la buena exégesis de los textos pertinentes. En la exégesis
anti-homosexual, con sólo emplear el término
moderno "homosexualidad", como fenómeno que conocemos hoy, a menudo
interpreta los textos bíblicos en el contexto
moderno y no el del texto original. A menudo interpretan con mucha parcialidad
el relato de Sodoma, hasta emplear el término "sodomita", que en toda
la Biblia significa solo "habitante de Sodoma" sin ningún sentido
sexual. Algunos interpretan Daniel 11:37, "no hará caso del amor de las
mujeres" (RVR) como una denuncia, hasta una profecía, de la
homosexualidad. Pero el contexto no es el sexo sino el culto y el sujeto es un
rey (¿Antíoco Epífanes?) que "no tomará en cuenta...al dios que adoran las
mujeres" (NVI; BP).
Al otro lado del
debate, distinguidos biblistas también han hecho propuestas exegéticamente
dudosas. El esfuerzo básico consiste en limitar la denuncia bíblica solo a
casos de incesto, pederastia, esclavitud o injusticia y opresión (adikía). Su mayor
desafío ahora es proponer una relectura fiel y convincente para nuestro
tiempo.
Conclusión: Con este
breve resumen concluyo una serie de artículos en que intento realizar un
"análisis exegético" de los escritos analizados, para ver si sus
interpretaciones representan la explicación más probable y mejor fundamentada
de los textos bíblicos en su original contexto histórico. En ningún momento se
trataba de la homosexualidad como tal sino de la mejor interpretación de los
textos bíblicos, de cómo esos autores antiguos entendían el tema en su propio
contexto histórico y social.
Estoy cada día más
convencido de que la exégesis es una ciencia histórica, con sus propios métodos
y reglas, en busca de la interpretación más probable de un texto escrito. Creo
que la iglesia está en una crisis exegética en que tanto simples creyentes como
también importantes líderes carecen de métodos y criterios para evaluar con
discernimiento las diversas ofertas exegéticas. Sobra mencionar la jungla de
interpretaciones especulativas y tendenciosas del Apocalipsis, pero el fenómeno
se va generalizando en los púlpitos y en las cátedras académicas.
Un gran signo de
esperanza ha sido el surgimiento de una comunidad exegética con un despertar de
la exégesis evangélica (F.F. Bruce, Gordon Fee y muchos).
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