PRIMERA PARTE
¿Qué
es exégesis? Podemos definir «exégesis» como una forma sistemática de
interpretar un texto oral o escrito en su contexto original. En otras palabras,
se refiere a lo que el texto significó originalmente. El concepto «exégesis»
proviene de dos palabras griegas que significan «dirigir hacia afuera».
Por
lo tanto, exégesis es sacar desde el mismo texto bíblico hacia afuera lo que
éste significó originalmente. A pesar de que siempre hay
elementos relativos en la lectura, queremos inicialmente tratar de entender el
texto en sus propios términos.
No
obstante, hay una serie de obstáculos que nos impiden leer adecuadamente. El
obstáculo más serio es la distancia entre el texto y nosotros.
¿Por
qué hacemos exégesis a los textos bíblicos? Por el problema de la distancia
entre la Biblia y nuestro mundo. Tenemos una serie de brechas entre el texto
bíblico y nosotros. Entre otras, tenemos las siguientes distancias;
ü distancia
lingüística,
ü distancia
histórica,
ü distancia
social,
ü distancia
cultural.
A. DISTANCIA LINGÜÍSTICA
El
texto bíblico se escribió en idiomas ajenos a los que conversamos en nuestra
América. La Biblia Hebrea (el Antiguo Testamento) se escribió en hebreo, y
arameo. El Nuevo Testamento se escribió en griego común.
Esto
significa que los textos bíblicos que utilizamos en nuestras comunidades de fe
son traducciones de los textos de los idiomas originales. Esto también implica
que los traductores necesitaron interpretar conceptos de otro contexto social y
lingüístico para tratar de aproximarnos al significado de los idiomas
originales.
Este
proceso de traducción, por más objetivo que sea, está plagado de problemas de
interpretación. Si le sumamos que el español tiene sus propias variaciones en
el mundo hispano, nos daremos cuenta de la distancia entre los textos hebreos,
arameos y griegos y las traducciones de las Escrituras a nuestro idioma moderno
español.
B. DISTANCIA HISTÓRICA
El
mundo bíblico menciona continuamente naciones, eventos y personajes que
formaron parte de otra época. Se menciona a Egipto, a Asiria, a Babilonia, a
Grecia y a Roma. Personajes políticos como Faraón, Nabucodonosor, Ciro, Herodes
el Grande, Herodes Antipas, Arquelao—esto sin incluir los reyes de Judá e
Israel—se nos presentan en los textos bíblicos. Estos personajes y eventos
históricos son ajenos a nuestro contexto histórico. Esto nos da una idea de la
dimensión de la distancia entre el texto bíblico y nuestra situación histórica.
Hoy,
en un mundo posmoderno, las clases y grupos que comparten la distribución de la
producción son mucho más significativos que en el mundo bíblico. La mayor parte
de la población es urbana y goza de unos sistemas de higiene y de prevención
médica jamás imaginados en el mundo bíblico.
Otra
diferencia sociológica que podemos mencionar de pasada es la diferencia en los
sistemas políticos. En occidente, estamos organizados políticamente por
gobiernos republicanos. En estos gobiernos el poder estatal está distribuido en
tres ramas, a saber, el poder ejecutivo, el judicial y el poder legislativo.
El
mundo bíblico era uno totalmente distinto, en él tenemos sociedades agrarias
dirigidas por ancianos en las tribus de Israel, luego tenemos una monarquía
hereditaria en Judá y una monarquía por selección carismática o por golpe de
estado en Israel. Al instante tenemos una relación colonial de Israel con los
imperios persa, helenistas y finalmente el imperio romano. Aunque pueda haber similitudes
en algunos aspectos de la vida política, la antigüedad no conoció tal cosa como
partidos políticos.
C. DISTANCIA CULTURAL
El
texto bíblico se escribió en un mundo donde el ser humano se entendía a sí
mismo de una manera distinta a la que nosotros nos entendemos. Había una
economía campesina premoderna, el sistema político era básicamente monárquico y
la familia estaba organizada patriarcalmente.[1]
Los roles del hombre, la mujer, los niños y los esclavos eran distintos a los
roles de la gente de hoy y todo el entendimiento del mundo (cosmovisión) era
distinto al nuestro.
Los
antiguos pensaban que el mundo era un edificio de tres pisos al cual el sol, la
luna y las estrellas le daban vueltas. Aquel mundo era pre-científico, por lo
tanto, las cosas tendían a explicarse míticamente, mientras que nosotros
tendemos a explicar los fenómenos naturales en base a causa y efecto. Si
abordamos la Biblia sin tener en cuenta ésta y otras dimensiones de la
distancia cultural, nuestra lectura será cuando menos ingenua, sino
distorsionada.
D. DISTANCIA TECNOLÓGICA
El
mundo bíblico no poseía, máquinas industriales, ni anteojos, ni computadoras y
mucho menos internet. Era esencialmente un mundo campesino alrededor de grandes
ciudades. No se poseían conocimientos de purificación del agua, ni tenían
sistemas higiénicos modernos. Tampoco conocían los medicamentos modernos, ni
poseían los medios de comunicación de nuestro mundo.
Estos
elementos y muchos más nos obligan a acercarnos al texto bíblico
sistemáticamente, de modo que no comencemos a leer nuestros prejuicios y
presuposiciones dentro del texto. Aun así, la posibilidad de leer nuestros
propios entendimientos es enorme. Conceptos como pecado, ley, muerte, justicia,
etc., tienen su propia acepción tanto en el mundo bíblico como en el nuestro.
Necesitamos leer el texto bíblico en sus propios términos antes de entrar en el
proceso de aplicar su mensaje a nuestra situación, esto es, el proceso
hermenéutico.
[1] Patriarcado, forma de organización social en la que el varón ejerce
la autoridad en todos los ámbitos, asegurándose la transmisión del poder y la
herencia por línea masculina.
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